Tendencias y oportunidades entre robots y humanos
El futuro del trabajo: ¿Qué significa realmente este término? Gran parte de la discusión se ha centrado en la Inteligencia Artificial y en que si los robots tomarán o no nuestro trabajo, pero las tecnologías cognitivas son solo un aspecto del cambio masivo que está en marcha.
El mundo del trabajo experimenta una profunda transformación. La globalización y la evolución tecnológica marcan nuevos caminos hacia la prosperidad, pero alteran las actuales formas de trabajo.
Los avances digitales y tecnológicos, que también incluyen las tecnologías de la información y comunicación, crean nuevas oportunidades para los trabajadores y las empresas, pero esto es solo la “punta del iceberg”.
El cambio climático, la transformación demográfica, la migración y los cambios en la organización del trabajo afectarán a sociedades, organizaciones, trabajadores y empresas en su conjunto.
La demanda de determinados tipos de trabajo se verá alterada, otros desaparecerán, y muchos probablemente serán muy distintos de los que conocemos hoy día.
La tendencia de esos cambios y los efectos que tendrán en el trabajo dependerán de nuestras políticas y acciones, en particular si nuestro objetivo es forjar el futuro del trabajo que queremos.
¿De dónde vendrán los trabajos del futuro y cómo serán?
La OIT ha identificado varios sectores clave susceptibles de crear empleo en el futuro:
1. Empleos verdes
Los empleos verdes son una de las formas de trabajo más recientes, surgidas en los últimos 20 años. Su objetivo es contribuir al medio ambiente, así como a su preservación y recuperación.
Estos empleos se dan en sectores tan variados como la fabricación, la construcción, la moda, las energías renovables, la electrónica y la gestión de residuos.
Los empleos verdes contribuyen a:
- aumentar la eficiencia energética
- limitar las emisiones de gases de efecto invernadero
- minimizar los residuos y la contaminación
- proteger y restaurar los ecosistemas
- facilitar la adaptación al cambio climático
Según estimaciones de la OIT, la transición a una economía verde podría crear 60 millones de empleos en los próximos 15 años.
2. La economía del cuidado
El trabajo de cuidados incluye los servicios de salud, el cuidado de niños y niñas, la educación de la primera infancia, los cuidados dirigidos a las personas con discapacidad y los cuidados de larga duración, así como el cuidado de las personas de edad, son otros de los ámbitos que integran la economía del cuidado.
Habida cuenta de los cambios demográficos en todo el mundo y del envejecimiento de la población en gran parte de los países desarrollados, la economía del cuidado ofrece unas de las mejores oportunidades para crear los empleo del futuro.
Según se desprende de datos estadísticos de la OIT, se podrían crear unos 269 millones de puestos de trabajo si, para 2030, se duplica la inversión en educación, salud y trabajo social.
3. La “gig economy”
La innovación tecnológica ofrece nuevas oportunidades para trabajar a distancia y en línea. En la llamada ‘gig economy’ o economía de trabajos esporádicos en plataformas, los trabajadores tienen varios empleos a corto plazo o contratos en línea con múltiples empleadores, en lugar de una relación laboral más tradicional y permanente entre empleador y empleado. Esto permite que los trabajadores obtengan ingresos y que las empresas organicen el trabajo de manera diferente.
Trabajadores que, en condiciones habituales, podrían verse excluidos del mercado laboral, por ejemplo, por discapacidad, responsabilidades de cuidado o enfermedad, tienen más oportunidades de trabajar. Sin embargo, cabe destacar que las investigaciones realizadas por la OIT dan cuenta de que la remuneración que perciben muchos trabajadores de plataformas es inferior al salario mínimo.
La inseguridad que experimentan estos trabajadores es preocupante, así como también lo son sus condiciones de trabajo
4. La economía rural
El desarrollo rural siempre ha figurado en el programa de trabajo de la OIT. Desde 1919, la OIT ha adoptado más de 30 normas internacionales del trabajo que guardan relación directa con la agricultura y el desarrollo rural, en áreas como los derechos laborales, el empleo, la protección social y el diálogo social.
La economía rural ofrece un gran potencial para crear empleo decente y productivo, y contribuye al desarrollo sostenible y al crecimiento económico.
Por otro lado, casi el 80% de las personas en situación de pobreza de todo el mundo viven en zonas rurales, por lo que todo avance que permita mejorar los medios de vida de las poblaciones rurales contribuirá en gran medida a mitigar la pobreza en 2030, plazo establecido para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
La agricultura seguirá siendo el principal sector económico en muchas zonas rurales. Por otro lado, es probable que las poblaciones rurales se beneficien del desarrollo de los sectores turístico y del ocio.
5. Cadenas mundiales de suministro
La producción y distribución de bienes y servicios han pasado a ser cada vez más complejas. Antes, las empresas concentraban su producción en países o regiones específicas. En la actualidad, se distribuye a través de redes mundiales transnacionales cuyo objetivo es maximizar los beneficios y minimizar las pérdidas.
Las cadenas mundiales de suministro han transformado la economía mundial a lo largo de las últimas tres décadas ya que han sido un motor de crecimiento y de creación de empleo, en particular en los países en desarrollo.
Los empleos en las cadenas mundiales de suministro son tan variados como los países en los que se implementan y han permitido que cada vez más personas encuentren trabajo.
Si bien muchos de esos trabajos podrían ser reemplazados por máquinas, especialmente en la industria ligera, varios estudios llevados a cabo por la OIT ponen de manifiesto que, de momento, esa alternativa podría no ser rentable en las regiones en desarrollo debido al costo comparativamente elevado de la maquinaria, el bajo costo de la mano de obra y limitada capacidad de implantación de nuevas tecnologías. Sin embargo, ¿qué cabe esperar en el futuro?
La OIT considere cada vez más necesario:
- Formular políticas relativas al mercado de trabajo que aborden esa transformación
- Formular políticas económicas que propicien la diversificación en nuevos sectores económicos
- Promover las inspecciones de trabajo para garantizar condiciones de trabajo adecuadas
6. La era de los robots
El aumento de la especialización y la sofisticación de la tecnología aceleran el ritmo de automatización en el trabajo y la demanda de robots industriales. Con índices de automatización que van del 10% y el 60% en algunos lugares de trabajo, inevitablemente se darán pérdidas de empleos.
Ante este panorama un tanto pesimista, todavía hay esperanzas relacionadas con la transformación del empleo y la reorientación de las competencias de los trabajadores.
Los sistemas robóticos deben conectarse a una red, mantenerse y actualizarse. Ello conllevará la creación de nuevos puestos de trabajo, especialmente empleos que requieran competencias sobre ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM).
Por otro lado, los programadores de software y de código informático pueden llegar a ser los trabajadores manuales del futuro. En las cadenas de producción de las economías desarrolladas hay actualmente 14 robots, que requieren un mantenimiento periódico, por cada 1000 empleados. Se prevé que esa proporción aumente.
Competencias necesarias
La evolución del mundo del trabajo requerirá el desarrollo de nuevas competencias y aprendizaje continuado durante toda la vida. La automatización y la robotización, por ejemplo, aumentarán la demanda de conocimientos técnicos sobre resolución de problemas e innovación.
También habrá una demanda cada vez mayor de «técnicas flexibles», en particular capacidad para comunicar eficazmente, trabajar en equipo, lograr soluciones creativas para resolver problemas, socializar eficazmente y adaptarse a situaciones que evolucionen rápidamente. Esas competencias traerán consigo beneficios específicos. En consecuencia:
- Los sistemas de enseñanza y formación deberán servir para dotar a la fuerza de trabajo de las capacidades y competencias que se necesiten en el futuro.
- Deberán tomarse medidas políticas para reforzar los vínculos entre las instituciones de formación y las empresas.
- Será necesario lograr un equilibrio entre la calidad de la formación y la satisfacción de la demanda de programas de capacitación más flexibles y de menor duración.
Nuevos tipos de empresas
Las empresas constituyen el motor de nuestras economías y fomentan la prosperidad y el empleo. No obstante, existe una preocupación creciente por el hecho de que el énfasis en recompensar a inversores y acreedores se produzca en detrimento del medio ambiente y del bienestar de los trabajadores.
El surgimiento de formas de trabajo alternativas pone de manifiesto que estas pueden desempeñar un papel clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, al contribuir a que millones de personas abandonen su situación de pobreza.
Estos tipos de empresas incluyen cooperativas de trabajadores, mutualidades y empresas sociales, que dan respuesta de forma oportuna a las necesidades de los grupos de ciudadanos y de las comunidades locales. Según se desprende de varios estudios de la OIT:
- Es menos probable que estas empresas se deslocalicen o trasladen a otros territorios su actividad de producción, contribuyen tanto a crear empleo como a mantenerlo.
- Con frecuencia, estas empresas están en primera línea de los esfuerzos encaminados a regenerar las comunidades locales y rescatar a empresas en riesgo de quiebra.
- También son más eficaces al reunir recursos destinados a microempresas o trabajadores autónomos.
Modernización de los sistemas de protección social
Es previsible que aumente la demanda sobre los sistemas de protección social a la luz de los crecientes niveles de desigualdad y el papel cambiante del trabajo en la vida de las personas.
La pérdida de empleos hará más necesarios los seguros de desempleo. El desajuste entre las competencias de los trabajadores y las que necesitará la economía en el futuro requerirá de programas públicos de empleo. El aumento de la esperanza de vida ejercerá una mayor presión sobre los sistemas de pensiones.
Para enfrentar estos desafíos, ciertas innovaciones recientes tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados muestran que los sistemas de protección social pueden adaptarse y acercarse a la cobertura universal.
Por ejemplo, varios países han introducido mecanismos para garantizar la protección social de trabajadores autónomos e informales, incluidos los que desarrollan su labor a través de plataformas digitales.
Las comunicaciones digitales y los procedimientos automatizados se utilizan para garantizar que los procedimientos administrativos sean más efectivos y rentables.
El futuro que queremos
Desde la fundación de la OIT hace un siglo, las normas internacionales del trabajo han sido la base del trabajo decente y de la justicia social.
El diálogo social y el tripartismo han contribuido a fomentar el mayor nivel de desarrollo económico de la historia de la humanidad, y cabe pensar que su pertinencia sea aún mayor en el futuro.
De todos nosotros depende que, con todos los cambios que se vislumbran, mantengamos el compromiso de colaboración para encontrar soluciones a los desafíos que pueda deparar el futuro.